Reseña realizada por Mirta Mato.

“La maldición de Malinche” era un tema musical muy escuchado en los años 70. Después del golpe de 1976, circulaba de manera clandestina y fue emblemático. Lo curioso es que esa canción habla de la conquista española y la masacre sufrida por los pueblos originarios de nuestra América, pero no habla de la historia de vida de “la Malinche”, solo toma su nombre para identificarlo con una “maldición”, como consecuencia de la traición perpetrada hacia su pueblo, al convertirse en la amante del conquistador Hernán Cortés.

La obra de Cristina Escofet, “La Malinche” -que se representa por estos días en la sala Orestes Caviglia del teatro Nacional Cervantes- nos cuenta su historia de vida y nos hace reflexionar al respecto. Una reflexión con perspectiva de género, mal que le pese a quienes hoy nos gobiernan.
Malinche, llamada al nacer Malinalli, fue una mujer nahua, originaria del actual estado mejicano de Veracruz. Nació con linaje, pero fue traicionada por su propia familia y vendida como esclava. Con el tiempo, después de atravesar infinitas atrocidades contra su cuerpo y su alma, se convirtió en la “preferida” de Hernán Cortés, el salvaje conquistador español. Mujer traidora que fue antes traicionada, y víctima de un maltrato atroz. ¿Puede esto justificar su accionar? Este es el dilema. El caso es que su primer hijo- concebido con su amante conquistador- es considerado uno de los primeros mestizos americanos.

La autora dice sobre su obra: “Situada entre el 1500 (nacimiento de Malinalli) y el 1523 (reconquista de Tenochtitlan por los españoles de Hernán Cortés), la pieza, de corte confesional, culmina con la protagonista a punto de parir. La hipótesis en que se sustenta es, que si la conquista dejó un legado, es el de pertenecer a un mestizaje incierto.”
Mestizaje incierto surgido de guerras atroces, imperios americanos invadidos por el imperio español y ella –la Malinche- víctima de ambos. “¿Traidora o sobreviviente?” se pregunta Cristina Escofet.

Ana Yovino y Maia Mónaco son las actrices que ponen el cuerpo y el alma en la escena para contarnos esta historia. Ana Yovino es “la Malinche” y su trabajo es inmenso. Con una precisión impresionante entre “la palabra y la acción” se desliza por el escenario narrando y viviendo las peripecias de la protagonista. logrando en el momento culminante- cuando está a punto de dar a luz a su hijo- conmover hasta las lágrimas a quien esté presente en la sala. En lo personal, sentí en ese momento que en su cuerpo no solo estaba la Malinche sino todas las mujeres de nuestra historia, hasta las de mi propia familia. Esta emoción es posible gracias a la entrega actoral de Ana Yovino, que logra ser ese maravilloso puente entre el texto escrito y el espectador/a.
Maia Mónaco encarna varios personajes, pero centrados en la cantora que lee la historia a través de los granos de maíz, encarnando la sabiduría ancestral. Otra actriz imponente, que canta, habla y se contorsiona al compás de la historia y de la música, interpretada en vivo por Maximiliano Más.

El director, Andrés Bazzalo, ha optado por un escenario despojado de elementos. Una sobria escenografía ideada por Alejandro Mateo, nos ubica sutilmente en la época, enriqueciéndose con proyecciones que complementan de manera eficaz la historia que se está contando. A esas sugestivas imágenes se le suma la iluminación-diseñada por Soledad Ianni- que termina de coronar esta obra en la que todos se lucen, cada uno y cada una desde su aporte al todo, como debe ser en el teatro. Los cambios de vestuario de la protagonista, asistida por su compañera de escena, están sutilmente integrados también en la puesta de Andrés Bazzallo, como un engranaje más de la totalidad.

Aquella canción de los 70 decía: “…Se nos quedó el maleficio de brindar al extranjero nuestra fé, nuestra cultura, nuestro pan, nuestro dinero…”, también decía que en pleno siglo XX nos seguían llegando rubios y les abríamos la casa y los llamábamos “amigos”. Que esta historia de “La Malinche” nos ayude a reflexionar para evitar más atrocidades y traiciones en estos pagos de nuestra América. Ojalá que en el siglo XXI – tomando palabras de la misma canción- “podamos combatir la enfermedad del presente, para libertar a Malinche y a toda nuestra gente de la maldición que nos persigue”.

LA MALINCHE

Dramaturgia: Cristina Escofet

Huesera Maia Mónaco
Malinche Ana Yovino

Músico en escena Maximiliano Más

Diseño de vestuario Adriana Dicaprio
Diseño de escenografía Alejandro Mateo
Diseño de iluminación Soledad Ianni
Diseño y realización audiovisual Lucio Bazzalo
Música original y dirección musical Gerardo Morel

Dirección Andrés Bazzalo

Asistencia de dirección TNC Vanesa Campanini
Producción TNC Lucía Quintana, Sofía García Jabif y Anabella Iara Zarbo Colombo

Teatro Nacional Cervantes – Libertad 815 CABA

Jueves a domingo a las 19:30 h
Última función 28/04/2024