Nota realizada por Silvina Macri
Eduardo Misch, es Actor, Director y Gestor Cultural. Egresado de la Escuela Nacional de Arte Dramático. Desde 1990 se involucra en distintos proyectos actorales, de arte y salud e institucionales. Militante artístico dicta talleres de teatro desde el año 2006. Participó en 28 Festivales Internacionales como actor, director y asistente de dirección. Desde 1999 al 2015 trabajó con Pavlovsky como secretario personal y asistente de dirección de sus obras junto a Norman Briski en “Potestad” (2000), Daniel Veronese en “La muerte de Marguerite Duras” (2002/3/4), Susy Evans en “Imperceptible” (2004), Elvira Onetto en “Largo Encuentro” (2006) y Martin Pavlovsky en “Variaciones Meyerhold” (2005/6/7). y “Asuntos Pendientes” su última obra. (2013/15). En 2006 funda el grupo El Soporte apadrinado por Pavlovsky. Dirige y/o actúa en “Locuración», “Textos Balbuceantes”, “Dirección Contraria-artesanía teatral”, “Solo Brumas”, «Circus Loquio», «Asuntos Pendientes», «El Barro se subleva”; «EN FIN» texto inconcluso de Tato Pavlovsky (2018/19/2). Productor independiente de teatro como director y actor. Desde hace 3 años se desempeña como gestor cultural en Café Vinilo (EEUU 2483, CABA), programa y organiza ciclos de música, teatro y festivales.
E.A.: ¿Cómo fue la propuesta para ponerte en la piel de uno de los personajes de POTESTAD?
E.M.: La propuesta de comenzar con este proyecto de Potestad y sus personajes fue un encuentro con Norman Briski donde le dije que quería hacer dos obras, “Potestad” y “El barro se subleva” que es una obra que ya hice, es de Norman y también me dirigió y estuvimos 5 años en cartel.
Inmediatamente me dijo que de Potestad ya tenía la idea, entonces arrancamos con ese proyecto. El personaje en sí es un médico de la época de los militares que secuestra a una niña, le roba su identidad y se la queda y posteriormente los derechos humanos la encuentran.
Es un personaje que hoy día lo voy descubriendo, pero al mismo tiempo acompañé, porque acompañé a Tato Pavlovsky durante muchos años como asistente entonces tanto el texto como el personaje fueron en todos esos años siendo parte de mí de mi historia de mi cuerpo.
De alguna manera mi deseo tenía que ver con completar, ese deseo que faltaba, que era poder hacer potestad. Y así fue como conocí a Tato haciendo Potestad. Y yo decía “qué bueno, yo quiero hacer eso, qué ganas de hacer eso”. Y lo fuimos hablando muchísimo tiempo y en tantos viajes. La piel de este personaje devela hoy en día un social histórico de complicidad terrorífica. No es sólo que estamos hablando de un pasado, de una memoria de eso que se hizo con esos niños, estamos hablando claramente de la complicidad civil que existe hoy en día y que toma en uno o por lo menos en mí, una conciencia abismal, terrorífica de alguna manera. No son dos o tres la complicidad civil, son muchísimas.
Entrar a una panadería y que, de 10 personas, seis personas sean cómplices de lo que nos está ocurriendo hoy, no ayer.
E.A.: ¿Trabajaste por más de 20 años con el querido Tato Pavlovsky, que rescatas de esos años?
E.M.: Rescato de Tato muchísimas cosas, sería muy difícil concentrarlas en una pregunta. Porque son muchísimos años. El haber estado con Tato siempre digo que, yo hice el Conservatorio Nacional hice toda la carrera me recibí de Actor Nacional y tuve la suerte de hacer un posgrado con Tato Pavlovsky, donde lo acompañé muy de cerca como secretario, lo acompañe en muchísimas obras como actor, lo acompañé como asistente.
Eso me dio la posibilidad de conocer directores muy buenos, de que me dirigieran directores muy buenos, todo ese posgrado de alguna manera fue parte de mi vida después de haber terminado la carrera.
Hoy se extraña a Tato en estos momentos tan difíciles en los que uno está viviendo, es cuanto más pienso en él y digo qué es lo que haría qué es lo que pensaría este Tato sobre lo que nos está pasando y trato de seguir de alguna manera, porque él fue mi referente y lo es, de seguir esa ideología estética con una coherencia política, moral, social. Eso me deja Tato, pero me lo deja en el cuerpo más que en palabras.
Es así como los actores de alguna manera podemos mostrar o hacer lo que nos va atravesando en nuestro día a día, en nuestro social histórico. Poder representar los conflictos que están sucediendo en nuestra sociedad.
E.A.: Nos interesa conocer más sobre tu gestión cultural al frente de Café Vinilo. ¿Cómo es, en este presente, sostener este emblema cultural?
E.M.: Dentro de este social histórico que nos atraviesa poder tener un espacio cultural significa de alguna manera estar resistiendo con acciones cotidianas en relación a nuestra cultura. Un espacio cultural es muy difícil sostenerlo, tenés que estar constantemente produciendo en el caso de Café Vinilo, que tiene una proyección más sobre la música que sobre el teatro, uno tiene que estar programando y haciendo el ejercicio constante de la promoción. Como así lo hacen los grupos también no es el espacio el que trae el público, sino que es el conjunto de los dos, los que traemos el público a ese evento. Entonces hoy en día producir cualquier evento cultural, Potestad mismo es un trabajo hecho absolutamente de forma independiente.
Hoy nadie te da un peso, todo lo ponemos los artistas, los productores, los gestores culturales de nuestro bolsillo, apostamos al vértigo de la pérdida y así todos seguimos insistiendo en poder producir esa subjetividad que de alguna manera nos salva a nosotros y que creemos que puede salvar a los demás. Poner nuestro granito de arena.
Hoy mis instrumentos de lucha son este espacio independiente Café Vinilo y Potestad. Seguiremos resistiendo y seguiremos gestando no hay otra manera. Plantar la semilla y cultivarla.
Potestad se considera una de las obras más significativas del teatro argentino.
Dirección: Norman Briski
Elenco: Eduardo Misch y Damián Bolado
Música original: Martín Pavlovsky
Diseño y Realización escenográfica: Guillermo Brethold
Diseño de Iluminación: Briski-Misch
Asistencia de dirección: Iván Domnanovich
Gráfica y diseño audiovisual: Antonio Fernández
Asistencia técnica: Melina Domínguez
Prensa y difusión: Adriana Schottlender
Funciones: Domingos 18 hs
Teatro Calibán, México 1428 PB. “5”
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O en la boletería del teatro. Reservas en Calibán al 4381-0521
Toda la programación de CAFÉ VINILO la podes encontrar en https://cafevinilo.com.ar/
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