Por Melina Martire para Eclécticamente Arte.

Es una adaptación libre, cómica y misteriosa, del texto de Witold Gombrowicz.

El novelista y dramaturgo polaco escribió en 1933 su primer libro llamado originalmente “Memorias del tiempo de la inmadurez”, que fue rebautizado con el nombre de “Bacacay”, en referencia a la calle del barrio porteño de Flores en la que vivió Gombrowicz durante sus primeros años en Argentina. El cuento “Crimen premeditado” forma parte de este volumen, y en él se rinde homenaje a la tradición del género policial. A partir de este material previo, Mario Frías y Adrián Blanco construyeron una dramaturgia que rescata esos elementos, y exalta a su vez el gran tema de la obra witoldiana, la inmadurez.

Un juez de instrucción (el señor H) apela con la mirada al público para introducirnos en un caso complicado. Como narrador omnisciente nos cuenta que hace un tiempo fue a visitar a su amigo, el señor X, para ayudarlo a resolver temas legales de unas propiedades a su nombre. Pero el panorama que encuentra es desolador, el viejo compañero ha muerto la noche anterior y la actitud de la familia no hace más que sembrar dudas sobre el deceso. ¿Cómo murió exactamente?.

Luego de esta breve introducción y de observar en acción a la familia en los “días felices”, aquellos anteriores a la tragedia, el juez se mete en personaje para escenificar aquello que nos acaba de adelantar. Se mete en la trama, y se hace presente en la escena…¿del crimen?.

Con un creativo juego de iluminación, la obra nos sumerge en un mundo extraño, humeante, oscuro y un poco terrorífico. Los personajes se mueven como fantasmas, apareciendo y desapareciendo a cada instante. Así sorprenden al señor H, asustándolo, mientras él indaga a cada miembro de la familia en busca de respuestas. El interrogatorio llega incluso hasta los empleados, un cocinero y una sirvienta, interpretados con mucha maestría por una misma actriz (Gabriela Ramos). Todos declaran que estaban durmiendo esa noche y que todas las puertas se encontraban cerradas. Hay entonces un cuerpo y un posible crimen pero no hay asesino ni motivo.

Poco importa finalmente si el señor X fue asesinado o murió de manera natural. Lo que se destaca en Bacacay, un crimen premeditado son los estados de ánimo y el deambular de los personajes por esa casa sombría y misteriosa. Como los niños que quieren salir a jugar al aire libre y no pueden, los habitantes se sienten presos en ese lugar, sensación que se acrecienta con la presencia del fiscal. El encierro se expresa además desde la escenografía con un gran telón movible que hace las veces de pared, acorralando por momentos a los personajes. Un recurso muy ingenioso que también permite ocultar los cambios de escenografía que realizan los actores, en un juego constante de cubrir y mostrar.

Como trasfondo de la muerte, una familia que no se destaca precisamente por el sentimiento de amor hacia el difunto. La esposa lo odiaba y se denigraban mutuamente, la mucama lo despreciaba, el hijo mayor se muestra muy reticente ante las preguntas del juez devenido en inspector y la hija menor parece no comprender demasiado.

En todos ellos está presente la ingenuidad, la inocencia y lo infantil. La mujer no logra tener una relación madura con su esposo antes de su muerte, se pelean como dos niños. Mientras que el hijo se traba al hablar, no puede expresar sus sentimientos, duda, pasa de la euforia a la desesperación en un instante. Y en la hija, la menor del clan, se expresa más claramente esta inmadurez. Se presenta a sí misma como una niña, habla y gesticula como tal pero su cuerpo juvenil no coincide con ese rol. En todos ellos habita una contradicción interna que les impide vivir en un mundo adulto.

El clásico género policial tiene aquí una vuelta de tuerca, se extraña y complejiza. El camino de indagación del fiscal (interpretación muy acertada y cómica de Fito Yanelli) es sinuoso y arriba a conclusiones que no coinciden con las pruebas. Un policial accidentado, provocado por el propio señor H en su afán de encontrar un culpable y poder relatar al público esa búsqueda.

Ficha técnico artística

Dramaturgia: Adrián Blanco, Mario Frías

Actúan: Mario Frías, Pía Fonseca, Ariel Haal, Eva Matarazzo, Gabriela Ramos, Julieta Raponi, Fito Yanelli

Vestuario: Milena Amado

Espacio escénico: Adrián Blanco

Diseño de luces: Sergio Iriarte

Diseño sonoro: José Páez

Realización escenográfica: Gustavo Coll

Diseño gráfico: Gabriela Ramos

Asistencia de dirección: Silvina Cassou

Producción ejecutiva: Martina De Pablo

Dirección: Adrián Blanco

Sala: El Portón de Sánchez ( Sánchez de Bustamante 1034, CABA)

Funciones: Viernes 20:30hs

Entradas: $250