Nota realizada por Silvina Macri

EMMANUEL MIRANDA, se desarrolla como actor, director teatral y docente. En 2022 fue invitado como Jurado Internacional del FESTIVAL INTERNACIONAL DE ARTES VIVAS de LOJA. Ecuador. Viene desarrollando obras de forma profesional desde el año 2002 en distintos espacios del conurbano y capital federal.
En 2016 ganó la Beca Bicentenario a la Creación del Fondo Nacional de las Artes con la obra que dirigió “Moi non plus” estrenada a fines de 2017 y con la que realizo funciones
en distintos teatros hasta 2019. Generó y formó parte del grupo teatral Sonrisa de Ojera a Ojera que entre 2008 y 2012.
Fue miembro de la Red Teatral Sur donde creo y desarrollo durante 4 años Fes.Te.Jo. SUR (Somos Nosotros) Festival de teatro para adolescentes. Se desempeña como docente de teatro en el nivel primario, secundario y terciario desde 2007.

E.A.: Tu obra revaloriza el paso del tiempo, el teatro nacional, y el hecho teatral. ¿Cuál fue el disparador que te llevo a escribir “La eternidad de lo efímero”?
E.M.: Mi inquietud se despertó a partir de trabajar El canto del cisne de Antón Chejov en la carrera de Dirección en la Universidad Nacional de Artes (UNA) en 2012. Ya vivía el mundo del teatro como actor hacía 14 años, entre el conurbano (Temperley donde vivo) y caba . Me impresionó mucho la angustia del personaje principal Vasilii Vasilievich ante la soledad luego de una vida dedicada al teatro. A partir de allí me surgieron distintas preguntas respecto a la actividad que me había enamorado y a la que pensaba dedicarme el resto de mi vida. Sabía que esas preguntas se las haría a la cara y en su propia casa, en el teatro. En ese momento hablé con dos actores que dedicaron su vida a la actividad y que quiero y admiro Eduardo Nicolau y Eduardo Uranga. Pasaron 10 años y distintas obras para los 3 y finalmente pudimos reunirnos y, fin de pandemia de por medio, comenzar a jugar.
Nicolau hace 62 años que se dedica al teatro. Comenzó en un Circo Criollo de adolescente que había en Plaza Miserere, fue del elenco estable del San Martín y recorrió todos los teatros oficiales y muchos teatros independientes de los que están y no están más. Uranga también tiene muchos años de vida las tablas con una gran trayectoria primero como músico en su Uruguay natal y hace más de 50 años con el teatro.
Como el teatro es el arte efímero por excelencia, para abordar algo de su corpus hay que abordar las piezas y a sus actores y actrices. Y eso hicimos. Partimos de un texto y un autor clásicos, para adentrarnos en la vida, experiencias y anécdotas de los dos actores, sus giras, sus frustraciones, las obras que transitaron y que querían revisitar; y de allí, el teatro mismo con su amor y generosidad de siempre nos regaló una célula más de su corpus viviente “La Eternidad de lo Efímero” para invitarnos a latir y jugar otro rato con él

E.A.: ¿Cómo conjugaste tu rol de director con tu rol de dramaturgo?
E.M.: Como planteaba Ure, el ensayo comienza o termina más allá del momento de estar en un espacio exclusivo de ensayo, prueba o creación. También es ensayo el encuentro, las charlas, los vínculos, el café o la cerveza de después. Nosotros tuvimos muchos asaditos, mates, cumpleaños donde iba recabando esas experiencias y vivencias que luego iba ficcionando como semilla para probar en lo que llamaríamos “ensayos más clásico”. También hubo mucho emergente de improvisaciones. Una forma de construcción muy similar a muchos de otros grupos donde el material circula y se prueba y luego se viene con otras ideas y se vuelva a probar

E.A.: ¿Cómo ves y sentís el teatro hoy?
E.M.: Veo al teatro independiente resistiendo con uñas y dientes en cada colega, en cada integrante del mundo teatral (dueños de salas, productores, escenógrafos, diseñadores de iluminación, de vestuario, etc.) y en muchos y muchas espectadorxs que también son parte del teatro, por supuesto. El teatro habla y construye identidad desde la identidad donde se produce. Habla de quienes somos, como pensamos y como actuamos a partir de determinada cuestión. Genera encuentro, interpela emociones, genera preguntas. Esto hoy más que nunca lo transforma en un hecho que subvierte la idea de ciudadano. Hoy la sociedad nos invita a quedarnos en casa, ver una serie, una película, una filmación de una obra de teatro en plataformas, nos pide que cada uno satisfaga su propio deseo porque es lo único que importa y es la única persona más importante del mundo y lo puede hacer llamando a otra plataforma y si son 4 personas hay 4 menús que algún desconocido preparó y pueden comer en momentos distintos en lugares distintos porque depende exclusivamente de si quieren estar con el resto de la familia o no. El teatro independiente no se consume, por lo menos para mí; se vive, se transita. No sirve para nada en términos de producción del capital. Al teatro hay que ir, hay que estar con otras personas que no conocemos, muchas veces en sillas menos cómodas que el sillón de casa o la cama, frente a algo que no sé si me va a gustar y que no puedo cambiar, que habla de una identidad cercana a la nuestra y que de alguna u otra forma me interpelará, por más que sea solo con la bronca de que no me haya gustado. EL teatro es subversivo para estos tiempos y este mundo, pero si en 2500 años nadie pudo matarlo, como dice el personaje de Gamarra “por más que no quieran, nosotros vamos a seguir jugando…”

La eternidad de lo efímero
Inspirada en el Canto del Cisne de Antón Chéjov

Dramaturgia y dirección: Emmanuel Miranda
Elenco: Eduardo Nicolau, Eduardo Uranga
Diseño y realización de Escenografía: Eduardo Spindola
Diseño y realización de vestuario: Lucrecia Paula Vasconi
Fotografía y Diseño gráfico: Alejandra Pina
Asistencia de dirección: Gustavo Suarez
Asesoría en Diseño de Iluminación: Malena Miramontes Boim
Prensa y difusión: Adriana Schottlender

Funciones Sábado a las 19hs
en Querida Elena Sencillas Artes – Pi y Margall 1124 – CABA
Entradas por Alternativa con descuentos para estudiantes y jubilados
IG: @la_eternidad_de_lo_efimero