Por Iván Pedernera para Eclécticamente Arte.
“La tempestad” escrita William Shakespeare, fue representada por primera vez el 1 de noviembre de 1611 en el palacio de Whitehall de Londres.
El jueves la sala “casacuberta” del teatro San Martin volvió abrir sus puertas para presentar “La tempestad”, a sala llena y con un público ansioso e intrigado por ver la obra que empezó minutos después de la hora acordada.
Siempre es emocionante enfrentarse a una nueva puesta de un clásico, en esta oportunidad, el equipo se encontraba en manos de la célebre directora Penny Cherns, un honor y un gran placer para los escenarios nacionales. Su trabajo aquí, en conjunto con James Murray es extraordinario.
La escenografía de Jorge Ferrari es magistral, acompaña el espectáculo y le brinda la posibilidad de desarrollarse y crecer. La música compuesta por Rony Keselman llena cada espacio, emociona y sorprende.
Comienza la función; Miranda (Alexia Moyano) y su padre Próspero (Osqui Guzmán) comienzan una conversación intensa, donde los monólogos que interpreta el actor son dignos de aplaudir de pie y evidencian un gran dominio corporal y del escenario. Es imposible quitar la mirada de cada una de sus acciones. Es allí donde descubrimos la historia de sus vidas, nos enteramos que él es el duque de Milán, desterrado por su hermano Antonio (Gustavo Pardi) a una isla desierta cuando su niña era aún pequeña.
Esa isla se encuentra habitada sólo por dos seres, el espíritu del aire Ariel (Malena Solda) y el monstruo Calibán (Gustavo Pardi) hoy devenido en sirviente de Próspero quien lo domina a través de su magia.
El duque de Milán ha ideado un plan, la necesidad de vengarse de aquellos que le arrebataron su vida creció día a día y ha llegado el momento de desplegar todas sus armas. Es Ariel quien le brinda su ayuda pero no de manera desinteresada, obedece sin dudar porque tiene prometida, como recompensa, su ansiada libertad. Así, a través de canciones, sueños y hechizos va guiando a los enemigos de Próspero a cada una de las trampas. El trabajo de la actriz Malena Solda es impactante, su energía traspasa todas las barreras, es por demás admirable y digno de destacar.
De ésta manera comienzan a sucederse cada uno de los hechos que terminarán por revelar la verdad. Entre quienes han naufragado recientemente en la isla se encuentra el Rey de Nápoles (Marcelo Xicarts), su hijo Fernando (Martín Slipak) y el consejero del Rey (Iván Moschner).
Fernando se enamora perdidamente de Miranda con sólo verla, ella le devuelve su amor y su casamiento se convierte en un hecho. Próspero y Ariel hacen uso de su magia para que todo salga como lo han planeado y así ocurre. Al final el título de duque de Milán retorna a las manos de su dueño, el espíritu del aire es finalmente libre y aquello que podría terminar como una cruel venganza se transforma en piedad.
A medida que transcurre la obra descubrimos que “la tempestad” no es solo aquella tormenta que fue depositando a cada uno de los personajes en ésta isla, sino también cada uno de sus deseos más oscuros: venganza, ambición, odio, muerte, sufrimiento, culpa. Aprendemos también que está en nuestras manos la posibilidad de cambiar resentimiento por perdón.
Vale destacar el trabajo realizado en el vestuario por Mini Zuccheri y los juegos lumínicos que la obra propone de la mano de Eli Sirlin. Todo conspira para que ésta obra sea un éxito asegurado, una ingeniosa maquinaria donde todo trabaja a la perfección.
El final queda en manos del público, un público emocionado, que aplaude de pie y no deja de hacerlo por varios minutos. Se respira esa sensación de haber visto teatro del que hace historia.
El elenco está conformado por Osqui Guzmán, Malena Solda, Martín Slipak, Alexia Moyano, Gustavo Pardi, Iván Moschner y Marcelo Xicarts. La violonchelista y percusionista es Belén Echeveste. El equipo artístico cuenta con James Murray como director asistente, Abigail Kessel en movimiento en escena y colaboración artística, en escenografía con Jorge Ferrari, la iluminación de Eli Sirlin, el vestuario de Mini Zuccheri y la música original, dirección musical y diseño sonoro de Rony Keselman.
Funciones: miércoles a domingo a las 20:30 hs,
Sala Casacuberta del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530),
La tempestad, el clásico de Shakespeare traducido en esta versión por Marcelo Cohen y Graciela Speranza y dirigido por la británica Penny Cherns.