Por Antonella Defranza para Eclécticamente Arte
La década del 60 trajo consigo un despertar social e intelectual que se cuestionó todo el sistema de dominación europeo y, sobre todo, estadounidense incluso sobre los territorios coloniales o recientemente independizados de África, Asia y América Latina. El triunfo de la Revolución cubana y el auge de movimientos de izquierda en Latinoamérica junto a la Guerra de Vietnam, iniciaron un movimiento mundial oposición al imperialismo.
Además, las nuevas ideas provenientes del psicoanálisis y la filosofía, la necesidad de bienestar e incluso la disputa entre izquierdas y psicoanálisis, marcaron el primer grito promulgado en pos de la revolución que fue “Liberté! Igualité! Sexualité!”, iniciando una movilización ideológica que determinó un levantamiento inédito. En el París de 1968 tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia y posiblemente de Europa occidental, que hasta puso contra la pared al gobierno de Charles de Gaulle aunque nunca con el fin de una toma del poder. Hasta nuestro país llegaban resonantes las noticias y la voluntad de liberación ideológica, y ya se ponían en práctica en las calles y en los cines
La Revolución fue una fuente viva de interrogación para el pensamiento crítico de la representación en todos los órdenes, que ya desde años antes se estaba dando paso. En el cine francés desde fines de los años 50 un grupo de críticos devenidos en directores comienza a cuestionar el modelo imperante. La Nouvelle Vague y la Rive Gauche como movimientos de cine autor parisino, comenzaron esta renovación y revolución del cine enfrentando las reglas existentes y sus estructuras académicas y literarias. El concepto de cine de autor se extenderá a todo el mundo.
Importantes directores como Jean Luc Godard, Chris Marker, Claude Chabrol, Alain Resnais, Jacques Rivette, entre muchos, participaron de las asambleas y movilizaciones con las que los profesionales de la industria cinematográfica se sumaron al Mayo Francés como obreros. Surgieron así los “Estados Generales del Cine Francés”. Proclamaban: “Ya sea ud. técnico, intérprete, crítico o espectador, si quiere la Revolución, por, para y en el cine, venga a militar a los Estados Generales Del Cinema”.
Jean Luc Godard detenido en pleno Mayo Francés. Godard realiza films que cuestionan los valores del sistema capitalista como El soldadito, Alphaville, Week End y La Chinoise, que anticipa los sucesos del mayo.
Planteaban que los medios audiovisuales deben revolucionar su manera de existir y deben convertirse en un servicio público independiente del poder con el acceso gratuito a los espectáculos y la posibilidad de que cualquiera pueda convertirse en profesional. “El cine francés en la actualidad es producido, distribuido y consumido en condiciones de esclavitud generadas por el sistema capitalista. Por lo tanto, los films son reducidos al único nivel de mercancías”.
Además de elaborar estos proyectos, los Estados Generales rodaron 70.000 metros de película en dos meses.
En 1978, diez años después, bajo el título Mayo del 68 por sí mismo, se estrenaron conjunto de películas, como Grands soirs et petits matins de William Klein, Le Droit à la parole o CA13 del Grupo ARC, que habían sido rodadas durante el propio acontecimiento. Las películas registran las prácticas políticas características de mayo, las manifestaciones, las ocupaciones de las fábricas, las huelgas, los enfrentamientos con la policía, la reapropiación de la calle, los Comités de Acción, la toma de la palabra.
Dijo Le Roux, director de Reprise en una entrevista en 1998 en base a la pregunta “¿Cuál sería hoy el espacio político y social que debería ocupar una película militante? Estar en la calle (…) seguir el movimiento”.