Reseña realizada por Mirta Mato

El domingo pasado se estrenó “Rumbo a peor”, de Samuel Beckett en el teatro Moscú. Allí estuvimos para disfrutar de un espectáculo singular.
El actor Pablo Finamore nos tiene acostumbrados a trabajos muy buenos; basta mencionar – solo por poner un ejemplo – el realizado con su Misky, el tonto del pueblo en “Olvidate del Matadero”. En “Rumbo a peor” vuelve a sorprender con un trabajo memorable, sin duda.

Al parecer el autor juega con el título Rumbo a peor – Worstward Ho!, que remite a una novela inglesa de 1855, “Hacia el barrio del oeste”. Esto se vociferaba desde las diligencias para atraer a los pasajeros, anunciando hacia dónde se dirigían, y la expresión expresaría algo así como “hacia el peor barrio” o “Rumbo a peor”.

Resultaría muy complejo describir un argumento, se trata de un texto formado por oraciones breves que describen mundos diversos. Pocas palabras, las mínimas para describir imágenes inmensas que logran conmover al que escucha, aun cuando cueste comprender de manera racional. Cada vez menos palabras para alcanzar la síntesis de la tragedia humana, o algo así creo percibir desde mi humilde entender. Dejo para los intelectuales un análisis más profundo.

Yo voy a centrarme en la extraordinaria labor de Pablo Finamore que, en este caso, además de actuar es responsable de la dirección y la traducción de un texto que nunca se había representado en nuestro país.
Un escenario prácticamente vacío, solo con un dibujo geométrico de rayas blancas sobre negro, que armonizan con el vestuario -un equipo de gimnasia negro con unas líneas blancas aplicadas-.
Finamore habla, se pregunta, afirma y se desplaza por el escenario de manera precisa con cada parlamento entregándose a la escena en cuerpo y alma, alternando la quietud y el movimiento.

El diseño sonoro de Nicolás Diab-Mux- y las luces, diseñadas por Leandra Rodriguez resultan parte del todo, que se centra en el cuerpo y la palabra de Pablo.

Resulta imposible no sentirse atravesado/a, modificado/a con un actor vibrando en escena durante 55 minutos.
Así de simple es el resultado de un trabajo descomunal, aunque la conclusión sea que “todo puede ser cada vez peor, hasta quedarnos sin voz, sin palabras”.


Autor: Samuel Beckett
Traducción: Pablo Finamore
Interprete: Pablo Finamore
Diseño de iluminación: Leandra Rodríguez (Adea)
Diseño de sonido: Nicolás Diab (Mux)
Realización de Vestuario: Daniela Catz
Diseño gráfico: Nahuel Lamoglia
Prensa: Valeria Franchi
Producción ejecutiva: Adriana Yasky
Dirección: Pablo Finamore
Duración del espectáculo: 60 minutos

Funciones: Domingos 20 hs
Moscú Teatro – Ramírez de Velasco 535 – CABA
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Redes sociales del espectáculo: @rumboapeor