Qué y Cómo cuenta el cine, Serguéi Eisenstein.
Por Antonella Defranza para Eclécticamente Arte.
El pasado 22 de enero hubiera cumplido años el director de cine soviético Serguéi Mijáilovich Eizenshtéin más conocido como Serguéi Eisenstein quien marcó un giro fundamental en la expresión cinematográfica en los primeros 50 años de historia del cine.
Eisenstein, como muchos de sus contemporáneos, se inició en el teatro pero a los 25 años lo dejó al ver el artificioso resultado en su montaje de Máscaras de gas, montaje de atracciones donde, según sus palabras, «el carro se rompió en pedazos y el conductor se cayó de cabeza en el cine».
Pionero del uso del montaje en el cine y uno de los que aun en el incipiente uso del mismo, pudo teorizar sobre él y encontrar el resultado que le diera al mismo la posibilidad no sólo de contar sino de lograr conmover al espectador. De la unión de planos podía desprenderse una idea y no sólo un movimiento.
De esta manera el cine que empieza siendo inocente en Estados Unidos, donde se contaban historias a través del montaje, se convierte en un medio de comunicación masivo que además de contar, genera ideología y conciencia en la Unión Soviética de manos del conocido Montaje de atracciones o Montaje Intelectual que teorizó este director.
Para Eisenstein, la edición no era un simple método utilizado para enlazar escenas, sino un medio capaz de manipular las emociones de su audiencia. Sus publicaciones al respecto serían luego de gran influencia para varios directores de Hollywood.
En paralelo al impresionismo francés, el expresionismo alemán y el surrealismo español en el cine, Eisenstein junto a Vsévolod Pudovkin y Dziga Vértov funda la Vanguardia Soviética. Estas vanguardias de la primera posguerra cuentan el mundo europeo devastado y a los personajes que en él habitan. Desde la ficción en ese caso, y como reflejo expresivo del cine, la revolución rusa es el tema que toca esta vanguardia.
En 1924, pone en práctica sus teorías en su primera gran obra, La Huelga (Стачка), aunque él mismo consideró que había fracasado a la hora de hacer fluir las emociones de los espectadores y que era demasiado teatral.
Su siguiente película, El acorazado Potemkin, dará a conocer su nombre en todo el mundo, y es posiblemente la película sobre la que más se ha escrito en toda la historia del cine y narra los episodios de Odesa en la fallida revolución Rusa de 1905. Su escena de las escaleras de Odesa donde los soldados del Zar atacan desde lo alto al pueblo y cae el cochecito de bebé, fue representada en innumerables películas como homenaje, incluída Los Intocables y hasta en una escena de Los Simpson y de El Padrino.
En Octubre, donde narra los sucesos del asalto al Palacio de Invierno durante la Revolución rusa de 1917, y La línea general (también conocida como Lo viejo y lo nuevo), film con una protagonista en vez de el pueblo como protagonista, vuelve a experimentar con un nuevo lenguaje a través de las imágenes, pero por su complejidad no llegarán a ser muy bien comprendidas en su época.
Sus ensayos literarios cinematográficos y sus dotes como orador, teniendo en cuenta que hablaba además alemán, inglés y francés, lograron que ejerciera una gran influencia sobre la teoría cinematográfica en la época. Fue uno de los primeros en investigar sobre el sonido en el cine, campo que en la Unión Soviética tardó bastante en desarrollarse. Pero sus ideales comunistas hicieron que muchas veces tuviera conflictos con funcionarios del gobierno soviético, e incluso cuando fue convocado a dar conferencias en Estados Unidos por su relación con el cine de propaganda.
Sergéi Eisenstein es un director para estudiar y ver, tanto para interesados en historia y política, como para aquellos que aprecien la técnica cinematográfica, ya que fue uno de los directores que marcó un antes y un después a la hora de pensar qué y cómo dice el cine, cuando cuenta algo.